Cuando me convierto en monstruo, suelo ir a lo hondo del bosque, es lo más sensato; siendo monstruo puedo herir a la gente que me rodea y destruir cosas. Ya estando allí busco la raíz retorcida de un árbol y me enrosco, me cubro de lodo y voy lamiendo mis heridas hasta que poco a poco sanan, luego me levanto, me baño, me vuelvo humano y regreso al mundo, a vivir con otros que, como yo, también se han vuelto monstro alguna vez.

Comentarios

Entradas populares